Capitulo.41

Capitulo.41

Los días pasaron, ya era hora de las minis-vacaciones que se las tenían muy merecidos.

David iba en el tren de camino a Granada para visitar a su madre y demás familiares ya que hacía ya un tiempo que no lo veía.

David no dejaba de pensar en Daniela, en cómo se sentía cada vez que la tenía cerca, en la sonrisa tonta que se le implantaba en su cara cada vez que ella reía, él saber que ella estaba bien, feliz, ya era suficiente para él, pero “¿podría hacerla más feliz?” Se preguntó de improvisto. Esa maldita pregunta lo martirizaba “¿Y si me estoy equivocando? ¿Y si ella es la chica con la que siempre he soñado?” No dejaban de llegarle preguntas a su mente. “El simple hecho de tenerla a un par de metros ya me basta” Intento convencerse a sí mismo. “A quien estoy intentando engañar. La quiero, pero no como creía, sino mucho más.”

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Blas iba en otro tren con todos los nervios de su cuerpo activados, iba contando los minutos que le quedaban para poder ver a Trina, realmente quería empezar algo con ella.

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Zaida hablaba casi todos los días con Carlos, él siempre la llamaba y cuando no pues nunca le falta algún mensaje bonito de él en Whatsaap.

Pero Zaida sentía como un peso en su pecho, como cuando sientes que algo no va bien. No le gustaba para nada esa sensación, y cada día que pasaba la sentía más pesada.

Lo único que sabía hacer era estudiar y más estudiar ya que su examen final era ya mismo, y cuando digo ya mismo es que lo tenía mañana.

Estaba muy nerviosa y para colmo Carlos no dejaba de llamarla y enviarle mensajes, no es que no le gustase eso pero no quería ninguna distracción de ningún tipo y él era la mayor de todas. 

Así que apago el móvil y paso de todo.

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Juntos hacia Madrid iban Álvaro y Dani a los cuales les quedaban varias horas para llegar.

Álvaro aun llevaba la carta que aquella Auryner le había dado en la firma.

Dani: ¿Algún día piensas leerla?

Álvaro: Y a ti que más te da…

Dani: Hombre quiero saber que pone. ~Le responde mientras 

comienza a reír.

Álvaro: Serás cotilla.

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Al día siguiente Zaida se levantó muy temprano para repasar, encendió su móvil y tenía unas 20 llamadas y 13 mensajes de Carlos.

Mientras desayunaba decidió llamarlo, pero nadie contesto, no le importo ya lo llamaría despues.

Quería llegar temprano para tener más tiempo para repasar, así que cogió sus apuntes y salió de casa.

Ya allí, solo quedaba que le repartiesen los exámenes y toda su suerte estaría en esa cabecita que tenía.

Su móvil comenzó a vibrar, al no esperárselo eso le hizo dar un respingo en el sitio. No se molestó en mirar el móvil, sabía perfectamente que era Carlos, pero no podía contestarle así que tendría que esperar a hablar después con él.

Cuando por fin obtuvo el examen en sus manos, comenzó a leer cada pregunta y la mayoría de ellas se las sabia así que por el cálculo que había hecho lo más seguro es que aprobase y con muy buena nota. Comenzó a  responder concentrada, pero su móvil volvio a vibrar y eso la desconcentro, volvía a concentrarse y otra vez, “Carlos se la está ganando” pensó Zaida, ya que le dijo a Carlos que en esa hora estaría haciendo el examen.

Cuando por fin acabo el examen estaba muy estresada se había puesto tan nerviosa por las llamadas de Carlos que se le había olvidado las respuestas de algunas de las preguntas. Entrego el examen y le dijeron que en una hora estaría la lista con las notas.

Salió al pasillo a esperar, y así poder llamar a Carlos para saber por qué tanta insistencia, pero para su sorpresa nadie contesto.

Zaida: ¡¡Mamón!! ~Pensó en alto.

Zaida no sabía de qué iba Carlos pero de una cosa esta segura, él estaba perdiendo puntos con ella.

De todas formas tenía 1 hora entera para pensar que le iba a decir cunado volviese a hablar.

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Daniela en cambio eran las 12 de la mañana y estaba recién levantada, con una camiseta ancha, un mini pantalón corto y su pelo negro recogido con un moño que estaba medio desecho.

Estaba a punto de prepararse algo para desayunar cuando sin esperárselo sonó el timbre. No esperaba a nadie a esas horas, excluyendo a sus padres que se supone que vez en cuando salían antes de trabajar, pero ellos siempre utilizaban las llaves, así que fueran ellos lo descarto enseguida.

Tomándose su tiempo abrió la puerta sin ganas.

Y allí estaba, él, el moreno de sus sueños. David.

Daniela: ¿Qué haces aquí? ~Dijo pestañeando varias veces por que no se creía que él estuviese allí.

David: No me voy a andar con rodeos, se supone que tendría que estar de camino a Granada pero no me lo he pensado dos veces, a medio camino y en cuanto pude he cambiado de tren para venir aquí y decirte que te quiero, que no puedo estar sin ti y que quiero intentar lo nuestro, si tú quieres claro... Porque yo sin ti, lo he comprobado y no puedo estar… ~Dijo de sopetón.

Daniela no sabía que decir estaba sin palabras.