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martes, 3 de febrero de 2015

Capitulo.86

No podía ser. No, no y no.

Salió corriendo de allí.

Si se había ido, iba a encontrarlo.

                             *** *** ***

Fue a hablar con Álvaro.

Se sorprendió mucho al verla y mucho más al ver que estaba en pijama.

Álvaro: ¿Ocurre algo? ~Pregunto con el ceño fruncido.

Zaida: ¿Dónde está Dani? ~No se ando con rodeo.

Álvaro: Estará en su casa…

Zaida: La casa está vacía, no hay nada ni muebles ni nada…

Álvaro: ¿Se está mudando? Qué raro si no nos ha comentado nada.

Zaida: ¿De verdad no sabes nada?

Álvaro: No, la verdad.

Zaida: Bueno gracias de todas formas. ~Se despidió dándole dos besos.

Salió de la casa de Álvaro.

Le parecía muy raro que Álvaro no supiese nada. Llamo a los demás. 
Pero ninguno le sabía nada. Que coincidencia, ninguno sabía nada.

Lo más seguro es que no quisieran contarle nada.

Opto por irse a casa al menos para cambiarse de ropa, no iba a estar todo el día en pijama, que la gente ya la estaba empezando a mirar raro.

Al entrar por la puerta por su casa, sintió como si volviese al pasado.

Todos los recuerdos se golpeaban unos con otros en su mente por ser el primero. Recuerdos con su madre, la primera pijamada con las chicas, esas noches en velas por tener que estudiar… Pero sobretodo había uno de ellos que era tan inmemorial que le encantaría volver aquel preciso instante.

<<Flash back>>

Había vuelto de estudiar con las chicas, había discutido con Erika, pero para colmo las demás se habían puesto de su parte. No se lo podía creer, sabiendo que ella era la que tenía la razón.

Beatriz: ¿Y esa cara? ~Dijo mientras observaba la cara de su iba que acababa de entrar.

Zaida: pfff… ~Se limitó a decir.

Beatriz: Mejor no pregunto.

Zaida: Exacto. ~Mientras se dejaba caer en el sofá.

Se estiro un poco para coger de la mesilla que tenían al lado del sofá su mp4 y cascos.

Lo encendió. Y puso la música a todo volumen.

Comenzó a sonar 1900.

Hacía ya un par de meses que los chicos habían sacado el disco. Esa misma cantidad de meses que no veía a Dani.

Entre que ella vivía ahora en Madrid y que Dani ahora lo único que hacía era viajar y viajar, no se veían nunca.

Cerró los ojos y sin saber por qué comenzó a sonreír.

Sentía como si la voz de Dani en la canción sobre sonase más que la de los demás. Lo echaba tanto de menos.

Abrió los ojos.

Seria cosa de su imaginación o que se estaba volviendo loca. Pero junto a ella estaba sentado él, le había quitado uno de los cascos y estaba susurrando la canción.

Lo miraba sin pestañear, parecía tan real.

Entonces el pronuncio aquellas palabras.

Dani: Estoy aquí pequeña. ~Dándole un beso en la mejilla~, Te quiero.

Y no sabe por qué pero hubiera preferido que ese beso no fuese en la mejilla.

<Fin del flash back>

Lo quería desde mucho antes y ella sin darse cuenta.

Se dirigió hacia su habitación con las lágrimas en los ojos, estaba claro que no podía quedarse allí. Se cambió y con las mismas que había entrado, se fue.

No sabía hacia dónde ir, no quería ni hablar ni  ver a nadie, por lo que camino durante varias horas sin rumbo por las calles de Madrid. 
Las cuales la mortificaban con más recuerdos.

Se le ocurrió la idea de que si se estaba mudando quizás hubiera vuelto a Ciudad Real. Podría llamar a su madre, pero que decirle, no, no era buena idea.

Cuando ya era lo suficiente de noche volvió al piso, al de Dani.

Encendió la luz del salón.

Ningún cambio.

Se sentó junto a lo único que había en la habitación.

Una caja.

Tras varios minutos preguntándose qué habría dentro de ella, le entro la curiosidad por lo que no pudo aguantar las ganas de abrirla.

Maldito su error.

Esa caja era una bomba para su corazón.

No le extrañaba nada que Dani la hubiese dejado allí.

Era lo mejor.

Meter en una caja todos y cada uno de los recuerdos más bonitos y a ahora dolorosos, cerrarlos fuertemente y dejarlos abandonados sin volver la vista a otras.

En el interior de esa caja había tantas cosas.

Fotos de ellos, desde que eran pequeños hasta la actualidad. Regalos que se habían hecho. Incluso estaba el chupete que él le quitaba siempre cuando eran pequeños.

Viendo esa caja se dio cuenta de lo mucho que él la amaba.

Ella no se lo merecía. Y se merecía todo ese dolor que estaba pasando, porque él lo había pasado el doble y el triple con las cosas que ella le había hecho. Pero aun así no podía evitar ser egoísta y querer que él olvidase todo lo pasado y le permitiese demostrarle lo mucho que lo ama.

Observo un sobre, en el dorso ponía, para Zaida.

Una carta que nunca recibió.

La abrió y saco el papel que contenía.

Reconoció la letra enseguida, era de Dani.

Texto de la carta:

Ya sabes que desde el primer día que nos conocimos, nos llevamos bien. Han ido pasando los días y días y te iba cogiendo más cariño, te ibas metiendo de pleno en mi vida. Cada “te quiero”, “fea” han valido más de lo que a veces te he llegado a decir… Me has hecho sonreír hasta en los peores momentos. Tampoco olvido esas conversaciones únicas que hacían que el tiempo volara, y bueno se agradece. Con el tiempo me has ido demostrando como eres y ese corazón tan grande que tienes, que la verdad, me puede. Ahora me encuentro en un punto extraño, en el que sin ti no puedo estar… Todo lo veo diferente, ahora necesito cada día tu sonrisa, tus  abrazos, tu olor incluso tus tonterías. Has ido ganándome con cada pequeño detalle… Sé que ahora no es el momento, ni soy la persona, sé que tú ves una simple amistad en todo esto… Pero yo no puedo. Pienso que en el lado de “amigos” ya lo hemos hecho todo. Este tiempo he estado luchando contra mí, sabía que esto iba a pasar, sabía que no me iba a gustar lo que hay pero no puedo perderte.  Digas lo que digas no puedo. Que pocas cosas tengo claras en esta mierda de vida y una de esas, es que te quiero, pero que te quiero de verdad. Con todo esto no intento que te sientas mal, solo quitarme un peso de encima, porque no se… Ya llevo un tiempo así. Son incontables las tardes que me he pasado pensando en ti, pensando en que decirte al día siguiente... Incontables son las noches que me he acostado pensando en ti en tu sonrisa y en la conversación que habíamos tenido ese mismo día… Simplemente sé que no soy la persona, ni ahora ni en un tiempo… Que siempre te pediré perdón, por todo esto, que si no hubiera pasado esto de quererte hasta este punto habría sido la amistad más bonita que haya podido tener.

Y desde mi punto de vista, lo he jodido. Solo quería decirte esto, lo siento si con esto te hago sentir mal o lo cambio todo, no es mi intención.


                                                         Te quiero, Dani.