Capitulo.48
Zaida
se sentó en el sillón que había en el salón de Dani, se sentía verdaderamente
como una puta mierda.
Dani
fue a la cocina para coger dos vasos, después se sentó en la mesa pequeña que
tenía delante del sillón para quedar en frente de Zaida, para sí poder verla de
frente.
Le
dio el vaso y de la bolsa que traía saco vodka caramelizado.
Primero le sirve a
ella y después se sirve él.
Ninguno
de los dos al no estar acostumbrados a beber al beberse unas cuantas más estaban
un poco más lejos de su razón.
Zaida
volvió a empezar a llorar.
Dani
llevaba viéndola llorar toda la noche, ya no podía más.
Dani:
Deja de llorar. ~Le ordeno.
Zaida:
No puedo. ~Le explico entre sollozos.
Dani:
¿Por qué dices eso?
Zaida:
¿Cómo quieres que no llore si he hecho que la razón de mis sonrisas se esfume?
Dani:
Solo hay que verle... ~Suspiro profundamente~. Él nunca te mereció... Nunca
mereció una sola lágrima que estás soltando... Quizás ahora él sea la única
razón de tus sonrisas... Pero no vale la pena sonreír por una persona que no
será para ti.
Zaida:
Pero es que yo le necesito en mi vida... ~Le dijo mientras se secaba algunas
lágrimas con un pañuelo.
Dani:
No creo que te haga falta un niñato en tu vida para sacar una sonrisa... Esa
sonrisa por la que muchos chicos darían su vida... Muchos chicos que sí valen
la pena... Y que, aunque nunca te diste cuenta, siempre estuvieron a tu lado...
~Le comento mirando que los ojos de ella ya no derramaban lágrimas.
Zaida:
¿Cómo quién? ~Pregunto sin entenderle.
Dani:
Como yo. Daría mi vida por ti. Una y mil veces. Por ver esa sonrisa que se te
dibuja en la cara con cualquier estupidez que hago. Por cualquier tontería...
Quizás el consejo que yo debía darte era: No dejes que tu sonrisa dependa de
una persona...Pero no puedo darte ese consejo, porque mi sonrisa depende de ti.
~Le dijo sincero.
Zaida:
Nunca te fijaste en mí. ¿Por qué ahora sí? ~Le pregunto sin fiarse.
Dani:
Siempre me fijé en ti. En tus ojos, tu pelo, tus labios, tú inteligencia, tu
amabilidad, tu locura...en ti. Pero tú nunca tuviste ojos para mí, y, ¿para qué
decir te quiero si vas a vivir escuchando un: Yo a ti no?
Zaida:
Porque, muchas veces, por no decir las cosas, no te das cuenta de que la otra
persona siente lo mismo... ~Mirándole a los ojos.
Dani:
No mientas. Estás llorando por él. ~Frunciendo el ceño un poco~.
Zaida:
Pero voy a sonreír por ti.
Dani
no sabía si es por el efecto del alcohol o simplemente porque ella acaba de
sonreír un poco pero al tenerla delante, no lo pudo evitar, se inclinó un poco
y la beso.
Desde
el primer contacto de sus labios ella no se negó a besarlo, todo lo contrario
se acercó más.
Él
acaricio el cuello de ella y la atrajo más hacia él. Ambos cerraron los ojos y
sus labios se encuentraron otra vez. Sus pieles, sus lenguas, se enredaron en
una melodía nueva que ambos reconocieron como suya. El resto de los sonidos se
apagaron. Los dedos de Dani jugaban entre los cabellos de Zaida mientras ella
recorría su cintura y su espalda con sus manos provocándole descargas con cada
caricia. No podían creer que hubieran tardado tanto en llegar a esa situación,
pero ahora no querían que terminara.
Dani
dejo de besar a Zaida, se levantó la cogió de la mano y la condujo hacía su
habitación.
Ambos
querían sentirse otra vez. Estaban frente a frente, ella bajo la vista
confundida, pero su ángel la obligo a alzar el mentón. Su profunda mirada la agitó
y deseo perderse en la belleza de aquellos ojos. Dani sonrió de manera traviesa
y la ayudo a quitarse la chaqueta y quitarse la camiseta que llevaba por encima
de la cabeza y lo siguiente fue el pantalón. Después se quedó observándola,
recorriendo con su mirada cada palmo de su cuerpo en ropa interior. Zaida se
desabrocho el sujetador y dejo que callera al suelo. Dani se quitó su camiseta
y la abrazo. Ella sintió su torso, duro y cálido. Contra su pecho. Todo parecía
un sueño. Se inclinó para volver a besarla. Esta vez fue un beso más lento.
Sorprendida por la delicadeza de aquel roce, respondió del mismo modo, pero
poco a poco sus cuerpos les pedían más.
Una
descarga de excitación sacudió a Zaida con fuerza. Dani después la levanto en
brazos y la llevo hasta la cama. Ella observaba como se quitaba los pantalones.
Una sonrisa nerviosa escapo de sus labios. Dani rozaba el cuello de Zaida con
sus labios y bajaba por sus hombros. Oleadas de fuego se agitaron en el
interior de Zaida cuando sintió la humedad de la lengua de Dani sobre su pecho.
Poco
a poco sus caricias se volvieron más atrevidas y recorrieron su cuerpo con arte.
Con
considerada lentitud, recorrió con las manos cada centímetro del cuerpo de
ella, haciéndola temblar con el más mínimo roce.
Zaida
se sentía incomodada por la necesidad de querer conocer hasta el último detalle
del cuerpo de él. Tomo la iniciativa y le acaricio el abdomen. Su piel era
suave y olía deliciosamente. Un instinto animal la provoco a explorar cada uno
de los rincones del cuerpo de Dani.
Poco
a poco se fueron desprendiendo de la poca ropa que les quedaba quedando
completamente desnudo.
Ya
no había vergüenza alguna en ninguno de los dos. Todo lo contrario se sentía a
gusto con su desnudez.
Zaida
tuvo que callar un gemido cuando una de las manos de Dani se abrió paso entre
sus piernas para acariciar allí donde solo algunos privilegiados llegaban, haciéndola
estremecerse de placer.
Ella
sentía los violentos latidos del corazón de Dani contra su pecho y una pequeña presión
entre sus piernas.
Con
el comienzo de un beso apasionado, Dani inclino su cadera y terminado de unir
sus cuerpos por completo.
Él
pronuncio su nombre y Zaida quería pronunciar el de él, pero se le quedó
atascado en la garganta. Después el comenzó al principio a moverse despacio
pero en poco tiempo su movimientos empezaron a ser más rápidos haciendo que el
placer entre los dos también creciera. Zaida tenía las manos agarrando fuertemente
las sabanas entre su cabeza Dani hizo que ella las soltara para poder así entrelazar
sus manos. Ella jadeo en busca de aliento, él le ofreció el suyo con un beso.
Sus miradas se perdían en la del otro.
Cuando
el orgasmo llego los dos se abrazaron, Dani respirando el dulce aroma de Zaida
se durmió y ella contemplándolo hizo lo mismo.