Para Zaida cada vez era más difícil
ignorar a Dani.
Pero tenía que ser fuerte.
Le saco las llaves del bolsillo lo más
rápido posible, en cuanto las tuvo en la mano aparto con cuidado a Dani para
que la dejase abrir la puerta.
Abrió la puerta rápidamente y lo ayudo
a él a entrar.
La casa estaba totalmente cambiada, es
como si acabase de entrar en la casa de un desconocido. Eso sí, seguía teniendo
el típico toque
que hacía que supieras que allí vivía él.
Dani fue directo al sofá en forma de L
de color turquesa que estaba en el centro del salón.
Zaida: ¿Dónde tienes las copia de las
llaves que te di? ~Le pregunto sin siquiera mirarlo.
Dani me mira gracioso.
Dani: Pueees… La verdad, es que no me
acuerdo donde las he puesto.
Zaida: Intenta acordarte por favor ~Le
digo sentándome en el sofá a su lado.
Él se sienta un poco más cerca de mí.
Dani: También tienes la opción de
quedarte aquí, ¿lo sabes? ~Me dice casi en un susurro.
Entonces lo miro, tiene los ojos tan
azules como los recordaba. Me muerdo el labio inferior y noto como él se relame
sus labios. Me dan ganas de reír pero me retengo. Sin que se lo espere me
levanto rápidamente y comienzo a dar vuelta
por el salón observando cada detalle. Él también se levanta y me sigue.
Zaida: Me gusta cómo has decorado esto.
~Mirando uno de los nuevos muebles.
Dani me coge del brazo y me gira para
mirarme a los ojos. Acorta distancia y me acaricia la
mejilla. Se me eriza la piel con su caricia. Se va a acercando cada vez más,
puedo sentir su aliento mezclándose con el mío. Sus labios están a punto de
rozar los míos, pero entonces yo rompo a reír y a aplaudir, me aparto de él.
Zaida: ¡Bravo! ~Mientras aplaude~, Eres
muy bueno eh, casi consigues engañarme, pero se te olvida que te conozco
demasiado.
Dani: ¿De qué me estás hablando?
Zaida: Ains Dani, Dani tu no estas
borracho. No me tomes por tonta por favor. ~Cruzándome de brazos.
Él se queda en silencio.
Zaida: Pero sabes que, me alegro de que
no lo estés por que al menos podremos hablar cara a cara.
Dani: Yo no quiero hablar de nada ~Responde
serio.
Zaida: Muy bien ~Encogiéndose de brazos~,
Pues me voy.
Zaida se dirige hacia la puerta, ya está
girando el pomo de la puerta cuando le oye decir.
Dani: Te recuerdo que no tienes llaves…
Zaida: ¡Me da igual!
Sale de la casa y se dispone a bajar
por las escaleras pero entonces él la agarra del brazo y la detiene.
Zaida: ¡SUELTAME! ~Le grito a la cara.
Dani: No voy a permitir que te vayas tu
sola por ahí.
Zaida: Como si te importase acaso. Tu
no me quieres.
Dani la obliga a entra en la casa. Y
echa la llave a la puerta para que no pueda salir.
Dani: ¿No querías hablar?
Zaida: Contigo ya no quiero nada, eres
un estúpido, ojala nunca te hubiera conocido, eres lo peor que me ha podido
pasar en la vida.
Dani: Zaida cálmate…
Zaida: ¿Qué me calme? ¿Ahora vienes a
preocuparte por mí? ~Ríe falsamente~, no sabes ni la mitad de lo mal que lo he
pasado, así que no vengas a decirme que me calme. Y abre esa puta puerta.
Dani: ¡DEJA DE HABLARME DE ESA MANERA O
ATENTE A LAS CONSECUENCIAS! ~Mientras avanza unos pasos hacia donde ella esta.
Zaida se pone enfrente de él y empieza
a darle pequeños empujones.
Zaida: ¡¿Y QUE ME VAS A HACER?! ¿¡ME
VAS A PEGAR!? ¡YA SABES QUE NO TE TENGO MIEDO!
Dani: Ahora veras. ~Con una mano la agarra
las dos manos y con la otra la coge de la nuca obligándola a no moverse y
entonces la besa.
Ella forcejea para poder separase de
el, pero no puedo la tiene bien sujeta. Lo que hace que al final se rinda al
beso. Cuando terminan de besarse, Dani por fin la suelta. Ella se aleja de él
con la cabeza agachada.
Zaida: Tu sabias que estaba en Madrid,
que te estaba buscando, ¿Por qué no querias que te encontrase? ¿Por qué has
dejado que lo pasase tan mal? ¿Y por qué has aparecido hoy para volver a
romperme?
Dani: Desde el primer momento que
viniste a Madrid yo ya sabía que estaba aquí, tú me echaste de tu vida, sé que
lo has pasado muy mal porque he estado pendiente de todo lo que hacías, ya no podía
contenerme necesitaba verte y por eso esta noche he ido donde
estabas.
Zaida: Yo… yo venía a perdonarte.
Dani: ¿Ya no quieres perdonarme?
Zaida: Es que son tantas cosas… Me
siento confundida, muy sola.
Dani: Sola no estas.
Se quedan en silencio.
Dani: Quédate a dormir, no son horas
para hablar esto. Tú dormirás en mi cama y yo en el sofá. Por la mañana
hablamos ¿vale?
Se lo piensa dos veces pero al final
asiente.
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